En medio de los vaivenes de la política exterior estadounidense, vuelve a producirse un acercamiento con Venezuela. El enviado especial Richard Grenell ha anunciado en un mensaje en X que desde este viernes Venezuela volverá a enviar a aviones para recoger “a sus ciudadanos que violaron las leyes de inmigración de Estados Unidos y entraron ilegalmente al país”. Por su parte, Jorge Rodríguez, jefe del Parlamento y negociador político de Nicolás Maduro, ha confirmado el acuerdo.
I am pleased to announce that Venezuela has agreed to resume flights to pick up their citizens who broke U.S. Immigration Laws and entered the U.S. illegally.
The flights will resume Friday.
— Richard Grenell (@RichardGrenell) March 13, 2025
Nada se dice todavía de la licencia de Chevron que fue revocada en respuesta a que Venezuela no estaba haciendo los vuelos de deportación con la agilidad esperada por Washington y que tampoco había cumplido las condiciones de garantías democráticas que fueron pactadas durante la Administración de Biden. La petrolera estadounidense, de acuerdo con el lapso dado por Departamento del Tesoro, tiene hasta el 3 abril para desmantelar sus operaciones, luego de tres años de haberse reactivado, lo que supone un importante revés para el chavismo con serios impactos sobre la mermada economía venezolana.
Grenell visitó Venezuela a principios de febrero y tras la entrega de seis estadounidenses presos comenzaron los vuelos de deportación, en los que se advertía que enviarían a supuestos miembros de la banda criminal de origen venezolano Tren de Aragua, que Donald Trump ha puesto en su objetivo. En Caracas celebraron los acuerdos como el comienzo de un camino hacia el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos rotas desde 2019.
Tres vuelos que trasladaron a unos 609 venezolanos se produjeron en el último mes desde Estados Unidos y Honduras, algunos de estos enviados inicialmente a Guantánamo. El ministro de Interior y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, los ha recibido directamente en el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas. El funcionario ha asegurado que ninguno tenía relación con el Tren de Aragua y se ha hecho selfies con todos a su llegada. En los dos primeros vuelos venían solo hombres. El último incluyó mujeres y menores de edad.
El breve entendimiento duró poco, pero ha sido echado en falta por Maduro en sus últimas alocuciones en las que ha acusado a Estados Unidos de haber “dañado las comunicaciones” que había abierto, en referencia a la suspensión de la licencia a Chevron. “A mí me interesaban las comunicaciones que habían abierto porque yo me quería traer a todos los venezolanos que tienen presos y perseguidos allá injustamente solo por ser migrantes”, dijo el líder chavista: “Eso afectó los viajes que teníamos ya programados con nuestros aviones para traernos a nuestros hermanos migrantes”. Ahora, el canal de comunicación parece haberse abierto de nuevo.
Cabello, por su lado, aseguró hace unos días que el regreso de venezolano a través del Plan Vuelta a la Patria no se ha detenido porque Estados Unidos lo haya decidido y que continúan operando vuelos de este tipo desde otros países como Bolivia. En este caso, sin embargo, no se trata de deportados.
El presidente Trump hizo campaña con la promesa de deportar a millones de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos, a quienes ha criminalizado. Para ello ha desplegado a la policía de migración (el ICE, por sus siglas en inglés) en los estados con mayor número de migrantes e incluso habilitó una aplicación para la deportación voluntaria. Pero hasta ahora, según algunos analistas, el ritmo de las deportaciones no se ha incrementado en comparación con el año pasado.