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Un estudio reciente ha revelado la presencia de 189 químicos potencialmente cancerígenos en plásticos y colorantes utilizados en envoltorios de alimentos, los cuales podrían aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Esta enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de muerte a nivel global, con cerca de 10 millones de fallecimientos anuales, lo que representa aproximadamente una de cada seis muertes registradas.

El cáncer de mama se produce cuando las células de la glándula mamaria se multiplican de manera descontrolada, formando tumores malignos que pueden invadir otros tejidos cercanos o diseminarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o el torrente sanguíneo. Según Megan Kruse, oncóloga de Cleveland Clinic, los factores de riesgo incluyen elementos no modificables, como la edad, el sexo y la genética, así como factores modificables relacionados con el estilo de vida.

Además de estos factores, se ha investigado durante años el impacto de los carcinógenos, sustancias que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer. Estos pueden ser físicos, como la radiación ultravioleta; biológicos, como infecciones virales; o químicos, como el amianto. El estudio, publicado el 24 de septiembre en la revista científica Frontiers in Toxicology, analizó sustancias químicas presentes en materiales de contacto con alimentos, destacando la importancia de su regulación para reducir los riesgos de cáncer de mama.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se diagnosticaron a nivel mundial 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, con un saldo de 670 000 fallecimientos por esta enfermedad. El cáncer de mama puede afectar a mujeres de todas las edades, aunque las tasas son significativamente más altas en mujeres mayores de 40 años.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se diagnosticaron a nivel mundial 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, con un saldo de 670 000 fallecimientos por esta enfermedad. El cáncer de mama puede afectar a mujeres de todas las edades, aunque las tasas son significativamente más altas en mujeres mayores de 40 años.

La investigación titulada “Potential mammary carcinogens used in food contact articles: implications for policy, enforcement, and prevention”, realizada por la organización sin fines de lucro Food Packaging Forum, con sede en Zúrich, Suiza, identificó 189 sustancias químicas relacionadas con el cáncer de mama que se emplean en la fabricación de envases alimentarios y vajillas. El estudio comparó dos fuentes principales: una lista de 921 sustancias químicas consideradas posibles carcinógenos mamarios, basada en el marco de las características clave de los tóxicos, y la base de datos FCCmigex, que contiene 4.248 sustancias químicas. Sin embargo, la investigación se centró en 76 compuestos que fueron detectados en estudios de migración de materiales de contacto con alimentos realizados entre 2020 y 2022.

¿Qué relación existe entre el cáncer de mama y las sustancias químicas?

Desde que nacemos, nuestro cuerpo está en constante renovación, por lo que a medida que vamos creciendo, los tejidos se reemplazan poco a poco, gracias a la materia prima que obtenemos de los alimentos. Sin embargo, este proceso de reemplazo celular puede verse interrumpido o dañado por sustancias tóxicas conocidas como carcinógenos.

En el estudio, se menciona que los plásticos son el material que contiene la mayor cantidad de posibles carcinógenos mamarios. Se detectó que 143 de los carcinógenos potenciales migran desde plásticos hacia los alimentos, lo que representa el 76% de las sustancias peligrosas identificadas.

En el estudio, se menciona que los plásticos son el material que contiene la mayor cantidad de posibles carcinógenos mamarios. Se detectó que 143 de los carcinógenos potenciales migran desde plásticos hacia los alimentos, lo que representa el 76% de las sustancias peligrosas identificadas.

“Para entender cómo los carcinógenos causan cáncer, es importante conocer su relación con el ADN. Nuestro ADN se encuentra en los genes, que contienen instrucciones para fabricar proteínas reguladoras del crecimiento y la división celular. Cuando un carcinógeno altera el ADN, provoca una reacción en cadena que puede convertir a las células normales en cancerosas. Los carcinógenos pueden dañar el ADN directamente o interferir con las células que reparan el daño. En caso esto no se corrija, puede resultar en mutaciones en ciertos genes que se multiplican sin control, formando tumores cancerosos. Cabe señalar que la neoplasia no se desarrolla de inmediato: la exposición se acumula con el tiempo y pueden pasar años antes de que inicie un proceso oncológico”, sostuvo la especialista de Cleveland Clinic.

Por ello, la relación entre la exposición a ciertas sustancias químicas y el desarrollo del cáncer de mama, podría deberse a cómo estos carcinógenos interactúan con el tejido mamario. De acuerdo a Mauricio León Rivera, cirujano mastólogo y jefe de la unidad de mastología de la Clínica Ricardo Palma, hay varias maneras:

  • Imitando hormonas: Algunas sustancias pueden actuar como hormonas (como el estrógeno) y estimular el crecimiento celular.
  • Dañando el ADN: Los carcinógenos pueden causar mutaciones en el ADN, provocando la formación de células cancerosas.
  • Debilitando el sistema inmunológico: Algunas sustancias pueden suprimir la respuesta inmunológica, lo que dificulta que el cuerpo detecte y elimine células cancerosas.

¿Qué sustancias químicas se consideran posibles carcinógenos mamarios presentes en los envases de alimentos?

Los materiales de contacto con alimentos que mostraron mayores índices de detección de carcinógenos mamarios según la investigación, fueron los plásticos, con un 76%, seguidos por los materiales clasificados como “no especificados”, que presentaron un 48%. En cuanto al papel y el cartón se encontraron carcinógenos en el 47% de los casos, mientras que, los metales representaron un 11% y los multi-materiales un 8%.

Algunas de las sustancias más peligrosas que se han identificado en la publicación de Frontiers in Toxicology, como posibles carcinógenos mamarios en los materiales de contacto con alimentos son:

  • Benceno: Clasificado como carcinógeno y genotóxico. Esta sustancia presente en los plásticos y en el papel está vinculada al cáncer de mama tanto en animales como en humanos.
  • Estireno: Ha mostrado evidencia directa de inducción de tumores mamarios en modelos animales, presente en plásticos.
  • Ftalato: Sustancia con propiedades genotóxicas y disruptoras endocrinas, usada principalmente en los plásticos.
  • 4,4′-Metilenebis(2-cloroanilina): Sustancia encontrada en los plásticos.
  • Benzofenona: Detectada en plásticos, papel y cartón, actúa como es un disruptor endocrino.
  • 2,4-toluendiamina: Ha sido relacionada con el cáncer de mama y otros tipos de cáncer en animales.
  • 3,3′-dimetilbencidina y o-toluidina: Colorantes utilizados en la fabricación de plásticos y papel.
  • Bisfenol A: Sustancia conocida por ser un disruptor endocrino y potencialmente carcinogénica.
  • 4,4′-Sulfonyldiphenol: Identificado como carcinógeno en estudios de migración.
  • Triclosán: Utilizado en plásticos y se ha sugerido que puede tener propiedades carcinogénicas.
El vidrio no contiene las sustancias químicas presentes en los plásticos, como los ftalatos o el bisfenol A (BPA), que pueden migrar hacia los alimentos bajo ciertas condiciones, por lo que se considera un material ideal para almacenar la comida.

El vidrio no contiene las sustancias químicas presentes en los plásticos, como los ftalatos o el bisfenol A (BPA), que pueden migrar hacia los alimentos bajo ciertas condiciones, por lo que se considera un material ideal para almacenar la comida.

¿Qué medidas pueden ayudar a reducir la exposición a los carcinógenos?

Aunque aún se necesita seguir investigando sobre la relación entre el cáncer y ciertas sustancias químicas, los autores del estudio brindaron algunas alternativas útiles y prácticas que las personas podemos adoptar para reducir la exposición a estos potenciales carcinógenos:

  • Evitar el uso de plásticos para calentar alimentos: Es importante disminuir el uso de los recipientes de plástico, especialmente para calentar en el microondas, ya que muchos de estos contienen sustancias químicas que pueden migrar a los alimentos cuando entran en calor, como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos.
  • Usar alternativas al plástico para almacenar alimentos: Es vital sustituir recipientes de plástico por los de vidrio, acero inoxidable o cerámica para guardar los alimentos, sobre todo, aquellos que están calientes o grasos, ya que estas condiciones favorecen a la migración de sustancia químicas de los plásticos hacia los alimentos.
  • Reducir el uso de productos enlatados: Optar por alimentos frescos o congelados en lugar de enlatados es más seguro. Básicamente, esto se debe a que muchos envases de metal, como las latas, están recubiertas con resinas que contienen carcinógenos potenciales como el BPA.
  • Elegir envases libres de BPA y ftalatos: Aunque no todos los productos etiquetados como “libres de BPA” están exentos de otros disruptores endocrinos, es una manera de minimizar el riesgo.
  • Utilizar utensilios de cocina de materiales no reactivos: Es recomendable usar utensilios hechos de acero inoxidable, hierro fundido o vidrio, en lugar de utensilios de plástico o revestidos con sustancias químicas que pueden liberar toxinas al cocinar.
  • Limitar la exposición a envases de alimentos procesados: Para reducir la exposición, es vital minimizar el consumo de alimentos altamente procesados y envasados, que suelen estar en contacto prolongado con materiales de embalaje que contienen sustancias potencialmente peligrosas.

Definitivamente, la eliminación de estas sustancias peligrosas en los materiales de contacto con alimentos podría tener un impacto positivo en la salud pública al reducir la exposición de la población a posibles carcinógenos y, por lo tanto, disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y otros tipos de cáncer. No obstante, es importante tener en cuenta que, si bien la exposición a estas sustancias químicas es un factor de riesgo fundamental, no es el única, pues la genética, el estilo de vida (dieta, ejercicio, consumo de alcohol), la historia menstrual y otros factores hormonales también influyen en el riesgo de cáncer de mama. Además, la importancia relativa de cada factor puede variar de persona a persona”, recalcó el doctor León.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama?

Los factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama son variados y afectan tanto a hombres como a mujeres. Aunque el cáncer de mama es más común en mujeres, también puede presentarse en hombres. De acuerdo con el doctor Franklin Aldecoa, oncólogo clínico de la Clínica Internacional, aproximadamente el 99% de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres, mientras que entre el 0,5% y el 1% afecta a la población masculina. Por ello, se calcula que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama en algún momento de su vida. Tan solo en el 2022, se diagnosticaron 2,3 millones de casos y se registraron 670 000 defunciones, lo que subraya la magnitud de este problema de salud.

El principal factor de riesgo, como refirió el doctor Aldecoa, es ser mujer. No obstante, alrededor de la mitad de los casos registrados ocurren en mujeres sin factores de riesgo identificables, salvo el género y la edad, especialmente en mayores de 40 años. Asimismo, los antecedentes familiares de cáncer de mama aumentan la prevalencia, aunque la falta de los mismos no implica que una mujer esté menos expuesta a desarrollar la enfermedad.

El riesgo aumenta con la edad, especialmente en mujeres mayores de 40 años. Aunque los antecedentes familiares de cáncer de mama incrementan las probabilidades, muchas mujeres que lo desarrollan no presentan factores de riesgo familiares claros. Además, ciertas mutaciones genéticas hereditarias, como las que afectan a los genes BRCA1 y BRCA2, elevan significativamente el riesgo, aunque menos del 10% de los casos se deben a alteraciones hormonales. De igual manera, la exposición a elementos físicos o químicos genotóxicos, es decir, aquellos que pueden dañar el ADN de las células, también es un factor importante a considerar.

“Una menstruación temprana, una menopausia tardía, tener hijos después de los 30 o 35 años, así como también no tener hijos, son causas naturales que hacen que la mama esté expuesta a una mayor cantidad de estrógenos. Desde luego, la obesidad es un factor clave en el desarrollo de esta neoplasia, pues más del 50% de mujeres con cáncer de mama tienen algún grado de obesidad. Otras causas externas o modificables significativas son el consumo del alcohol, el tabaquismo y el sedentarismo”, expresó el doctor Yan Carlos Vargas Caycho, médico radioncólogo y director de Oncodrip.



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