La inteligencia artificial (IA) ha comenzado a formar parte de la atención médica en hospitales de Estados Unidos, donde miles de médicos utilizan herramientas como MyChart para responder a las consultas de los pacientes, según informa The New York Times. Esta tecnología, basada en el modelo de lenguaje GPT-4, genera respuestas automáticas que son supervisadas y corregidas por los profesionales de la salud antes de ser enviadas. Aunque esta innovación reduce el agotamiento del personal sanitario, también plantea preocupaciones éticas y riesgos de errores.
Desarrollada por la empresa Epic, MyChart utiliza la información proporcionada por los pacientes, como sus historiales médicos y medicamentos, para generar respuestas que buscan mejorar la eficiencia en las consultas online. MyChart se presenta como una solución para los hospitales que buscan optimizar su tiempo y evitar desplazamientos y largas esperas. Según la empresa, la herramienta atiende a más de 190 millones de pacientes en Estados Unidos, en centros de salud como UW Health en Wisconsin.
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Los hospitales que usan MyChart han optado por diferentes estrategias en cuanto a la comunicación con los pacientes. Mientras que algunos, como UC San Diego Health, incluyen un aviso al final de cada mensaje indicando que fue “generado automáticamente” y revisado por un médico, otros centros, como Stanford Health Care y NYU Langone Health, han decidido no informar a los pacientes de la intervención de la IA. Estos últimos consideran que revelar esta información podría generar desconfianza o sensación de traición.
El sistema ha tenido buena acogida entre los pacientes, según algunos especialistas. Hay quienes incluso han expresado admiración por el uso de esta tecnología. Sin embargo, los médicos también han señalado la posibilidad de errores significativos en las respuestas generadas automáticamente. En un caso, la IA aseguró incorrectamente que una paciente había recibido una vacuna. Este tipo de fallos demuestra que, aunque la tecnología puede ser útil, es fundamental que los médicos revisen cuidadosamente las respuestas antes de enviarlas.
La implementación de la IA en las consultas médicas también ha sido respaldada por estudios científicos que indican que reduce el estrés y la carga de trabajo del personal sanitario. No obstante, el ahorro de tiempo no es tan significativo como se esperaba, ya que los médicos deben revisar y editar los mensajes generados por la IA. Según datos de Duke Health, menos de un tercio de los borradores de respuesta se envían sin edición, lo que refleja la precaución de los profesionales ante posibles errores.