Claudia Sheinbaum ha dado este miércoles su primera conferencia de prensa oficial como presidenta de México. En una versión edulcorada de lo que solían ser las Mañaneras de Andrés Manuel López Obrador, su sucesora ha usado ese espacio para hacer un homenaje a las víctimas de la matanza del 2 de octubre de 1968. El primer decreto que firmará, según ha anunciado, será justamente para pedir perdón por parte del Estado por esos crímenes de lesa humanidad ejecutados por las Fuerzas Armadas mexicanas. En una correlación hecha entre la matanza estudiantil de Tlatelolco y la Conquista, Sheinbaum ha justificado la insistencia el pedido de disculpas públicas al rey de España. “Creemos que tiene que recapacitarse”, ha dicho.
El nuevo Gobierno no quiere soltar la misión heredada de López Obrador. El ahora expresidente envió en marzo de 2019 una misiva al jefe de Estado español, Felipe VI, para pedirle que reconociera los crímenes de la Conquista española. El Rey no respondió y la carta salió a la luz, lo que generó el enojo del exmandatario y de su séquito de seguidores. “No solo no contesta, sino que se hace pública esa carta y viene una campaña tremenda contra López Obrador”, ha dicho Sheinbaum este miércoles. La presidenta ha reclamado a Felipe VI que no cumpliera ni siquiera con “lo más básico” de una relación diplomática al no responder. “La disculpa pública engrandece”, ha agregado.
La disputa con el Rey de España escaló en el último mes después de que se conociera que Sheinbaum había excluido a Felipe VI de la lista de invitados internacionales a su toma de protesta como presidenta. “No solo agravió a López Obrador, sino al pueblo de México”, justificó entonces. El desaire provocó la reacción del Gobierno de Pedro Sánchez, que decidió no enviar a ningún representante a la ceremonia de toma de posesión. Pese a esos desencuentros, la mandataria mexicana ha asegurado ahora que la relación entre España y México actualmente “es buena” y “no tiene por qué cambiar” a partir de estas diferencias. “Tenemos relaciones comerciales, de turismo, culturales. A México y España les une el exilio que hubo de la República, hay muchísimos españoles que viven en México”.
La primera conferencia matutina de Sheinbaum ha estado cargada de simbolismo. Durante su camino a Palacio Nacional, sus admiradores sacaron muchas veces a relucir que la nueva presidenta había sido una niña muy activa políticamente. Y contaron hasta el cansancio la anécdota de que su madre la llevaba a visitar a los presos políticos en la cárcel de Lecumberri. Esos presos han vuelto a salir en la Mañanera del Pueblo, como le ha llamado a su rueda de prensa para distinguirla de las de López Obrador. Sheinbaum ha hablado de su conciencia sobre la matanza del 2 de octubre, como una antigua activista salida de las filas universitarias y como una niña con una madre en la movilización social. “Para nosotros fue algo que vivimos personalmente”, ha dicho sobre aquella época.
Aquel pedazo de historia nacional que forjó de alguna forma la historia personal de Sheinbaum es ahora el protagonista de la primera medida presidencial. Acompañada de algunos miembros del Gabinete, la presidenta ha informado que el primer decreto que firmará este miércoles es una disculpa pública en nombre del Estado mexicano a todos los que perdieron a alguien en la matanza de Tlatelolco. “Se reconoce que los actos de violencia”, leyó Ernestina Godoy, la consejera jurídica de Presidencia, “fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad”. Posteriormente ofreció una disculpa pública, y agregó con el decreto en la mano: “El Ejecutivo se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades a las que se refiere el documento”.
